El lunes, Donald Trump dijo a la prensa que Estados Unidos se apoderaría de Gaza y reubicaría permanentemente a sus residentes palestinos en países vecinos, como Egipto y Jordania. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el hombre responsable de la devastación de Gaza, estaba sentado a su lado sonriendo extasiado, mientras Trump respondía a un periodista sobre si a los palestinos se les permitiría regresar: «¿Por qué querrían regresar? Ese lugar es un infierno».
Sin embargo, después de 15 meses de desplazamiento, cientos de miles de palestinos ya han regresado a sus hogares en el norte de Gaza en el marco del acuerdo de alto el fuego. La mayoría solo tiene escombros a donde regresar, pero ellos insistieron en hacer el largo viaje a pie y muchos juran no volver a irse nunca más. Los residentes que llegaron al norte dijeron a Mondoweiss que eran plenamente conscientes de que apenas quedaba alguna estructura intacta en el norte de Gaza y que esperaban entrar en un nuevo capítulo de sufrimientos. También dijeron que no cambiarían lo que quedaba de sus casas por nada que Trump tuviera para ofrecer.
«El objetivo claro de esta guerra es dejar sin hogar al mayor número posible de palestinos en Gaza, porque esta destrucción es deliberada y planificada», dice Alaa Subaih, residente del barrio Shuja’iya, en el este de la ciudad de Gaza. «El objetivo es hacernos sufrir por la falta de vivienda para que abandonemos nuestro país.» En respuesta directa a las declaraciones de Trump, Subaih afirma: «Incluso si esta tierra es el infierno, sigue siendo mi tierra. No quiero vivir en otro lugar. Regresé para darle vida y reconstruirlo». «Si el presidente estadounidense quiere ayudar a Israel, la mejor solución es llevar a todos los israelíes a su país, Estados Unidos, no transferir a los dueños de la tierra. Estamos apegados a nuestra tierra y no iremos a ningún otro país. Nuestro país, Palestina, es el país más hermoso del mundo», añade Subaih.
«Nos devolvieron a Gaza, pero no nos devolvieron Gaza»
En Shuja’iya, los habitantes no tienen acceso a electricidad, agua, alcantarillado ni internet. La mayoría de las familias tienen que caminar más de medio quilómetro cargando galones de plástico vacíos para poder llenarlos en el punto de suministro de agua más cercano, ya que los camiones cisterna no pueden llegar a la mayoría de las zonas que no han sido limpiadas de escombros.
Según la Oficina de Medios del Gobierno de Gaza, que anunció anteriormente que la Franja estaba clasificada como zona de desastre, la ocupación israelí está retrasando la implementación de las estipulaciones acordadas del alto el fuego que permitirían la afluencia de ayuda y socorro humanitario como parte de la primera fase en curso del acuerdo. La declaración también proporcionó una visión general de la escala de la destrucción que Israel causó durante los últimos 15 meses, al señalar que 450 mil viviendas fueron dañadas o destruidas, 170 mil de ellas fueron «completamente destruidas», 80 mil fueron «gravemente dañadas» y 200 mil fueron «parcialmente dañadas».
«Esta no es una ciudad habitable», dice Subaih después de pasar casi una semana acampado junto a los restos destruidos de su casa. «Son simplemente montones y montones de escombros. No podemos cubrir ninguna necesidad básica. No hay agua ni vivienda. Es como si la guerra terminara para abrir una nueva.» Pero esto no significa que quiera irse. «Cuando una ciudad es destruida, su gente regresa a ella para reconstruirla, no la abandonan», señala Subaih. «No cambiaría los escombros de mi casa ni aunque Trump quisiera darme una mansión en Egipto o en Jordania, o incluso en Estados Unidos», agrega.
A pesar de la destrucción omnipresente, las señales de vida están comenzando a regresar a la zona. Cerca de la residencia de Subaih en Shuja’iya se encuentra la calle Omar al Mukhtar, una arteria alguna vez bulliciosa en la ciudad de Gaza, adyacente a varios sitios históricos, incluidos el mercado de Al Zawiya, la Gran Mezquita Omarí y el mercado de Qaysariya. Todos ellos fueron bombardeados durante la guerra, pero ahora la gente los ha reocupado y los ha limpiado de escombros lo mejor que pudo. Los mercados ofrecen una variedad de alimentos, como verduras, frutas, lácteos, enlatados y ropa. Los precios siguen siendo altos en comparación con los niveles de antes de la guerra, pero han comenzado a bajar.
Los residentes también se organizan en grupos de voluntarios y trabajaron en diferentes secciones de los vecindarios para limpiar a mano las carreteras de escombros. Cualquier rehabilitación seria de los espacios urbanos de Gaza debe esperar la entrada de materiales y equipos de construcción, incluidos cemento, hierro, excavadoras, camiones y el combustible necesario para operarlos.
Subaih dijo que las dificultades que siguen soportando los habitantes de Gaza los privan de la alegría de regresar a sus hogares. Señalando el lado de la calle donde solía estar su casa y donde 30 de sus familiares y vecinos fueron asesinados, dice: «Nos devolvieron a Gaza, pero no nos devolvieron Gaza».
«Permaneceremos aquí sobre los escombros hasta que reconstruyamos todo»
En el campo de refugiados de Jabalia, los habitantes regresaron a barrios que han sido completamente arrasados. Jabalia fue la zona más afectada por la incesante campaña de bombardeos y demoliciones de Israel durante la implementación de lo que se conoció como el «Plan de los generales»: el intento fallido de vaciar el norte de Gaza de población durante los cuatro meses previos a la entrada en vigor del alto el fuego. Al igual que en la ciudad de Gaza, las familias de Jabalia ya han comenzado a retirar los escombros y han instalado campamentos junto a sus casas destruidas.
Sanaa Mousa, de 29 años, regresó a su casa en Jabalia después de haber sido desplazada a la ciudad de Gaza durante los últimos cuatro meses. El bloque residencial en el que vivía quedó completamente destruido. «Esta destrucción masiva tiene como objetivo obligarnos a abandonar nuestro país», sostiene Mousa. «Pero lo superaremos. Recuperaremos y reconstruiremos nuestros hogares y celebraremos nuestra supervivencia. Nos quedaremos aquí, en nuestra tierra.»
Mousa y su familia intentaron encontrar refugio a su regreso, pero no había ninguna estructura permanente que pudieran utilizar en la zona. Esto los llevó a montar una tienda de campaña improvisada con lonas de nailon, un recurso que se ha convertido en algo común en Gaza, donde la gente acampa junto a sus casas destruidas.
«La vida es difícil», explica Mousa. «No contamos con los requisitos mínimos para la supervivencia y la seguridad. No hay hospitales. Algunos alimentos están disponibles en el mercado, pero no sabemos dónde ni cómo cocinarlos. No hay nada aquí, no podemos conseguir agua y no hay drenaje de aguas residuales. Es una vida difícil, pero la superaremos.»
En respuesta a los comentarios de Trump, Mousa dijo que soportó todo tipo de sufrimiento solo para poder regresar a su casa. «Fue el momento más feliz de mi vida, incluso aunque mi casa esté destruida», declara, y añade que quería aprovechar cada grano de arena en Jabalia. Agrega que Trump no es el primer occidental sin conexión con el país que intenta decidir el destino de su pueblo. «Es como la Declaración Balfour», explica. «Trump quiere desarraigarnos por el bien de un ocupante.»
Pero Mousa cree que tal plan no tendrá éxito. «Permaneceremos aquí sobre los escombros hasta que reconstruyamos todo», afirma.
«No puede pasar nada peor que la guerra de exterminio que ya hemos vivido, y ni siquiera esta logró sacarnos de nuestra tierra.» «Si me ofrecieran una ciudad entera en lugar de los escombros de mi casa, no la aceptaría», agrega tajante Mousa. «Las patrias no pueden ser reemplazadas. Las patrias son como tu sangre y tu alma… Palestina es nuestra tierra y nuestro país, y no lo abandonaremos bajo ninguna presión o plan.»
(Publicado originalmente en Mondoweiss. Traducción de Brecha.)
Los planes de Trump para la anexión israelí de Cisjordania
Próximamente
Los comentarios de Donald Trump respecto de que Estados Unidos va a apoderarse de la Franja de Gaza y desplazará a los palestinos que viven allí están llamando mucho la atención y causando, razonablemente, preocupación en el mundo.
Sin embargo, esos no fueron los únicos comentarios notables que hizo el presidente estadounidense luego de su reunión en la Casa Blanca con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. En respuesta a la pregunta de un periodista sobre una posible anexión israelí de Cisjordania, Trump dijo que pronto tomará una decisión sobre el tema. «A la gente le gusta la idea, pero todavía no hemos tomado una posición al respecto», dijo Trump. «Probablemente haremos un anuncio sobre ese tema específico en las próximas cuatro semanas.»
No fue la única vez que Trump hizo referencia al tema durante esta semana. «Bueno, no voy a hablar de eso», dijo en la Oficina Oval, el lunes, sobre la anexión de Cisjordania. «[Israel] ciertamente es un país pequeño en términos de territorio», agregó. A continuación, tomó un bolígrafo y lo comparó con el tamaño de su escritorio. Era un buen símbolo, dijo, de lo pequeño que es Israel en comparación con la región circundante. «Lo uso como analogía. En realidad, es bastante preciso», sostuvo. «Si lo piensas bien, es sorprendente lo que han podido hacer. Hay mucha capacidad intelectual e inventiva. Pero es un terreno muy pequeño, de eso no hay duda.»
Trump hizo comentarios similares durante la campaña presidencial. «Cuando miras el mapa, un mapa de Oriente Medio, Israel es un lugar pequeño en comparación con estas masas de tierra gigantes. Es realmente un lugar pequeño. De hecho, me dije a mí mismo: “¿Hay alguna manera de conseguir más?”», manifestó a sus seguidores en un evento en Nueva Jersey en agosto de 2024.
En una entrevista con Mondoweiss, la abogada palestino-canadiense Diana Buttu, exportavoz de la Organización para la Liberación de Palestina, dijo que la medida era esperable luego de que se asegurara un alto el fuego en Gaza. «Estaba claro que esto iba a suceder, que [el alto el fuego] iba a tener una recompensa para Netanyahu», dijo Buttu. «Se hizo muy evidente la noche en que Netanyahu apareció en la televisión israelí y dijo: obtendremos algunos activos muy grandes a cambio.» «Probablemente signifique la anexión de Cisjordania, pero creo que eso es lo de menos», continuó. «He defendido y creído durante mucho tiempo que Cisjordania ya ha sido anexada. Lo único que resta son cosas muy pequeñas.» «Una es la existencia de la Autoridad Palestina y la otra es que aún no han aprobado leyes que terminen de expulsar por completo a los palestinos de esa zona. Pero todo lo demás ya está anexado.»
¿Regreso al «acuerdo del siglo»?
Hacia el final del primer mandato de Trump, la administración publicó un plan político para Israel y Palestina, que se denominó el acuerdo del siglo. La propuesta, que fue desarrollada por el yerno y asesor político de Trump, Jared Kushner, se consideradó insostenible para los palestinos. Habría rediseñado las fronteras de Israel para incluir las colonias ilegales, habría requerido que Palestina se desmilitarizara totalmente, habría negado a los refugiados palestinos el derecho al retorno y habría cerrado todas las acciones legales contra Israel en la Corte Penal Internacional. También habría anexado Cisjordania, una medida que aparentemente ha obtenido más apoyo político desde que se reveló el plan.
En el otoño del año pasado, el ministro de Finanzas de extrema derecha de Israel, Bezalel Smotrich, anunció que 2025 «será el año de la anexión israelí de Cisjordania». En Estados Unidos, los legisladores de derecha también han adoptado la idea. «Por más delirante que sea la propuesta de Trump sobre Gaza, el respaldo abierto a una limpieza étnica generalizada, al igual que ha sucedido con otras políticas estadounidense-israelíes, eventualmente migrará también a Cisjordania», dijo a Mondoweiss el coeditor de Jadaliyya y analista de Oriente Medio Mouin Rabbani. «Vale la pena recordar que la iniciativa de Trump de 2020, “De la paz a la prosperidad”, pedía a Israel que anexara unilateralmente más de un tercio de Cisjordania.»
«Durante el primer mandato de Trump, Israel avanzó aún más en su camino hacia la anexión, con Benjamin Netanyahu supervisando la rápida expansión de los asentamientos en el valle del Jordán, la larga llanura de las tierras agrícolas más fértiles de Cisjordania a lo largo de la frontera con Jordania», escribió Qassam Muaddi en Mondoweiss en noviembre. «Al final de ese gobierno, Estados Unidos había reconocido la soberanía de Israel sobre la Jerusalén ocupada, los Altos del Golán ocupados y, fundamentalmente, sobre los cientos de colonias israelíes ilegales en Cisjordania.»
«Al unir los puntos, queda claro que a lo largo de décadas y a lo largo de varias administraciones israelíes, la visión israelí siempre ha estado trabajando hacia la anexión, con el objetivo de estrangular a los palestinos en sus principales centros urbanos, impedirles crecer, volver en su contra su crecimiento demográfico y, al mismo tiempo, devorar más tierra y entregársela a los colonos», concluyó.
(Publicado originalmente en Mondoweiss. Traducción de fragmentos a cargo de Brecha.)
Michael Arria