El Ayuntamiento de Berlín ha anunciado la compra de 14.750 viviendas y 450 locales comerciales a las inmobiliarias Vonovia y Deutsche Wohnen por un valor de 2.460 millones de euros. Las partes se han pasado meses negociando el acuerdo, que ha explicado hoy el senador de Finanzas Matthias Kollatz, del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD). Las viviendas pasarán a formar parte de las tres empresas públicas Berlinovo, Howoge y Degewo, y la compra será financiada mediante créditos.
Es la mayor compra de estas características desde hace décadas y se engloba en la estrategia del Senado de Berlín de comprar y construir viviendas propias para regular los precios del alquiler. Las dos inmobiliarias en cuestión poseen 550 mil viviendas en Alemania, la gran mayoría en la capital, por un valor de unos 80.000 millones de euros, y están en proceso de fusión, aunque lo han aplazado dos semanas, por lo que tendrá lugar después de las elecciones.
Vivir en la capital alemana es cada vez más caro. En especial son los precios de alquileres y viviendas los que contribuyen al aumento del costo de vida en Berlín. Con el metro cuadrado rondando los 3.800 euros, cada vez más alemanes tienen problemas para encontrar una vivienda en la que vivir. Un 80 por ciento de los residentes vive en viviendas alquiladas, aunque algunos de estos están organizados en cooperativas de arrendatarios. Es por ello que el 40 por ciento de las casas pertenecen a propietarios particulares, individuales o colectivos.
El aumento del costo de los alquileres y el monopolio imperante han propiciado la aparición de un movimiento de protesta que busca la expropiación de viviendas a las inmobiliarias. El domingo, junto con las elecciones del Bundestag y del Senado de Berlín, los ciudadanos con pasaporte alemán que residan en la capital podrán votar en un referéndum si aprueban la recomendación de que el Senado expropie a las grandes inmobiliarias en la capital. Estas empresas han visto aumentar la presión sobre sus prácticas en los últimos meses, lo que las ha llevado a aprobar la venta a tan solo unos días del citado referéndum. El Senado, por su parte, compuesto por una coalición del SPD junto con Los Verdes (Die Grünen) y La Izquierda (Die Linke), se apunta un tanto a su favor para la cita electoral con la compra ya decidida.
Pero los socios de la coalición no están muy contentos con el negocio. Die Grünen aseguró, en palabras de su candidata, Bettina Jarasch, que no saben qué viviendas se han comprado: «Por lo menos deberíamos saber si las viviendas que estamos adquiriendo habrán, después de la compra, de ser saneadas y puestas al día por grandes sumas de dinero de los impuestos o si se encuentran en un buen estado». El candidato de Die Linke, Klaus Lederer, criticó, asimismo, la forma en que las viviendas se financiarán: «El ministro de Finanzas junto con el alcalde lo han realizado por su cuenta y el Parlamento no ha sido informado, por lo que nosotros consideramos que la información aportada no es suficiente».
[Ambos partidos ponen su esperanza, en cambio, en el referéndum del domingo. Celebrado a iniciativa del movimiento social Deutsche Wohnen & Co. enteignen (Expropiar a Deutsche Wohnen y Compañía), cuenta con el apoyo de las centrales sindicales, las asociaciones de arrendatarios y de La Izquierda, Los Verdes y la Juventud Socialista. Deutsche Wohnen & Co. enteignen reunió en cuatro meses casi 350 mil firmas para llevar a votación la propuesta de expropiar, a través de compras públicas, a las inmobiliarias que posean 3 mil o más unidades de vivienda en la capital alemana. En caso de aprobarse, lo expropiado sería un total de 240 mil unidades. N de E.]
La votación tiene posibilidades de conseguir el cuórum necesario por la coincidencia de la fecha con las elecciones federales y berlinesas. La organización detrás del referéndum es optimista. Uno de sus portavoces, Kalle Kunkel, dice: «Las encuestas nos dan una mayoría en este momento a favor de nuestra propuesta». La esencia de esta se basa en el pensamiento de que «la vivienda es un derecho y no debería ser una mercancía», y que las cuatro paredes no deberían ser un objeto de especulación «sin control democrático».
(A partir de fragmentos de «Berlín celebrará el 26 de septiembre el referéndum para expropiar 240 mil viviendas al fondo Deutsche Wohnen» y «Berlín compra más de 14.500 viviendas a dos inmobiliarias», publicadas originalmente en El Salto.)