El Mundial de Rusia fue un clarísimo reflejo del fútbol actual, en el que la paridad domina y los detalles definen. En ese contexto, Francia resultó el campeón más lógico. No fue demasiado brillante, pero manejó todas las facetas del juego con la suficiente eficacia para sacar ventaja sobre cada uno de sus oponentes.
Escriben Santiago Díaz (desde Rusia), Aldo Mazzucchelli, Francisco Montoro, Mariana Abreu, Rafael Bayce y Fernando Schmidt.
Fotografía: AFP.
Por qué se juega peor con los débiles y mejor con los fuertes