Humor o no - Semanario Brecha

Humor o no

El negocio es vender la selección.

Pirámides.

Uruguay ya debutó en el Mundial. Quiero pensar que ganamos y que se inflaron tanto las redes del Ekaterimburgo Arena como las redes sociales para bromear sobre las momias egipcias y reflexionar acerca de cómo una civilización con más de 6 mil años de antigüedad sucumbió ante este paisito, con menos de dos siglos de vida independiente. Porque para decir boludeces se hicieron las redes sociales. Ahí nos podemos jactar de que los egipcios inventaron la escritura pero el Maestro es uruguayo, que ellos construyeron las pirámides pero el Faraón es Godín y que habrán inventado la pasta de dientes, pero el mundo conoce más la mordida de Luis Suárez.

Con viento en la camiseta hasta los podemos sobrar con que la reconstrucción del faro de Alejandría será un poroto al lado de la reconstrucción del hotel San Rafael.

Uruguay aparece decimocuarto en el ranking de la Fifa, mientras que los egipcios se ubican en el puesto 45. Si el Mundial se rigiera por esta clasificación, ni siquiera estarían entre los 32 representativos que lo disputan. Y ojo que son de lo mejorcito del grupo, porque Arabia Saudita ocupa el lugar 67 y Rusia está hundida en el puesto 70. Si no fueran el país organizador, los rusos tendrían que resignarse a seguirlo por televisión.

Actualmente las selecciones de Burkina Faso, Jamaica y Cabo Verde están mejor ranqueadas que la de Rusia. Si la República de Parva Domus hubiera tramitado su afiliación a la Fifa, seguramente también estaría mejor ubicada. Por eso no será el de la muerte, pero el grupo A es la serie con más muertos después de The Walking Dead.

La selección uruguaya llegó a esta Copa del Mundo con un valor de mercado de 439 millones de dólares, según el sitio web alemán Transfer Market; último precio y con plata en mano. Esto es, pesos más pesos menos, lo que se pretende invertir en el mencionado complejo de edificios en San Rafael, que incluye el polémico rascacielos de 300 metros de altura. El complejo edilicio deshabitado estaría costando lo mismo que la población flotante del complejo celeste.

El campeón de Rusia 2018 ganará 38 millones de dólares. La verdad es que estamos arriesgando un capital de 439 palos verdes para ganar, en el mejor de los casos, 38. Seamos honestos con nosotros mismos, aun cuando el debut haya sido auspicioso, la posibilidad de embolsar esa cifra es bajísima. Los que lleguen a cuartos de final, que ya supone una digna actuación, se llevarán sólo 16 millones.

Por eso el negocio no es ganar el Mundial, el negocio es vender la selección. Venderla ahora, antes de que se defina la fase de grupos. Todos los jugadores tienen pasaporte europeo, eso facilita las cosas. Los tanos y los holandeses, que se quedaron con la sangre en el ojo, te la sacan de la mano. Hoy más que nunca, matemáticamente tenemos chance. Descontando el 20 por ciento, que es lo que les corresponde a los jugadores, nos quedarían 351,2 millones de dólares. ¿Cuántos mundiales tenés que ganar para reunir esa plata? ¿Cuántos cajeros tenés que explotar? Ni Brasil sumando sus cinco copas amasó semejante fortuna. El negocio es ahora, si nos eliminan en octavos de final, olvidate. Está bien que la plata no hace la felicidad, pero tampoco nos hará felices regresar de Rusia antes del 15 de julio.

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