Es cierto que el gobierno boliviano no se ha esforzado mucho en estos años por “hacerse entender” en un contexto en el que, culturalmente, no se puede decir que la “cosmovisión” que comparten dos de sus principales dirigentes (el presidente Evo Morales y el canciller David Choquehuanca) no es ni por asomo la culturalmente dominante ni siquiera en esa parte del mundo. Es cierto también que entre los malentendidos culturales se han colado además, en boca de los dirigentes bolivianos, disparates que se han prestado más para la ironía o la chacota que para cualquier debate ideológico o político que hubieran querido promover. No hay quien no recuerde, por ejemplo, las ocurrencias de Evo Morales de hace un par de años acerca de las consecuencias de los pollos transgénicos sobre las conductas sex...
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