El festival comenzó el martes con la exhibición, en la Sala Zitarrosa, del film El territorio, de Alex Pritz, una coproducción entre Brasil, Dinamarca y Estados Unidos que aborda el tema siempre acuciante de la lucha por el territorio amazónico y el drama de las quemas, los colonos ilegales y el problema de la deforestación. Producido por el reconocido director Darren Aronofsky (Réquiem por un sueño, El cisne negro) junto con Sigrid Dyekjaer para National Geographic, el film de Pritz llegó precedido del reconocimento que significó el premio del público en Sundance. Planteado como la lucha del pueblo uru-eu-wau-wau, que legítimamente puede reclamar esas tierras como su herencia milenaria y hogar ancestral contra aquellos que solo lo ven como un territorio a conquistar, la película muestra la resistencia del grupo de defensa indígena contra los agresores, que, alentados por el presidente Bolsonaro, llegan a destruir la selva para crear campos de cultivo.
El festival seguirá en las pantallas de Cinemateca Uruguaya hasta el lunes 21 y cerrará al día siguiente, nuevamente en la Sala Zitarrosa, con el film Nuestros cuerpos son sus campos de batalla. Todas las funciones son con entrada gratuita.
De la programación se destaca la proyección de Ophir, hoy a las 21 horas, sobre un conflicto del que poco sabemos: la guerra civil de Bougainville (1989-1998) en Papúa Nueva Guinea, una tierra rica en cobre y oro que fue escenario de una poderosa historia de colonialismo, guerra y liberación. Un conflicto que sigue vigente hoy, luego de que, a través de un referéndum no vinculante, pudo verse que el 97,7 por ciento de la población quiere la independencia y que esta finalmente se concretará recién en 2027. El documental tuvo un largo recorrido por festivales con un éxito singular, al ser premiado en 28 de ellos.
Un destaque especial merece la película que va el sábado a las 18.30, Río Turbio, por la manera como aborda el tema del lugar asignado a las mujeres en la comunidad minera que da nombre al documental. Y es que en Río Turbio las mujeres tienen prohibido entrar a la mina por ser vehículo de mala suerte. La película, lejos de agotarse en su tema, lo aborda con todas las herramientas visuales y sonoras que pone a disposición el cine, para ofrecer un relato tan creativo como político, que fue destacado con el premio principal del prestigioso festival FID Marseille.
El festival exhibirá, además, otras películas a tener en cuenta, entre ellas la uruguaya El abrazo que no te di, que busca tender un puente intergeneracional entre las víctimas del terrorismo de Estado y sus familiares; la colombiana La niebla de la paz, que muestra dos aspectos de la vida de dos guerrilleros de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) antes y después de las negociaciones de paz; la brasileña La presa, sobre el colapso de la represa de Samarco en Mariana y el largo e injusto proceso de reparación a los cientos de familias afectadas; la española Persona (no) humana, sobre el confinamiento de animales, en este caso, dos grandes simias que llevan toda su vida encerradas, o la brasileña Viento en la frontera, sobre la lucha de un maestro indígena contra el agronegocio brasileño en disputa por la tierra.
El cierre en la Zitarrosa, el martes 22 a las 20 horas, pone en pantalla el documental ganador del Festival Queer Lisboa, que ha sido descrito como «un manifiesto trans apasionante y eufórico», que es un justo cierre para un festival que celebra la fuerza imparable de los que luchan por traer un poco de justicia a este mundo.
