En América Latina y Uruguay, la derecha partidaria se presenta cada vez más como un producto soft, relajado y jovial. Pero la novedad no trasciende fronteras ideológicas, en las que el menú programático no ha cambiado demasiado. Sin embargo, se gesta en paralelo una derecha social, altamente más conservadora que la partidaria, que ha logrado ganar terreno en espacios que el partido de gobierno fue descuidando.
En championes, con la camisa un poco desprendida, derrochando selfies y emoticones en las redes sociales o haciendo acrobacias, la derecha viene zurciendo su estética y su imagen en varios frentes. Si bien es cierto que en el imaginario social el político ya no es ese señor pelado, de traje y corbata, hay en los nuevos rostros que representan a la derecha, según advierten algunos exp...
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