La marcha empezó frente a la plazoleta Anita Garibaldi. La convocatoria había sido mediática, pero principalmente por la red social Facebook. A las 19.30 más de una veintena de personas ya estaban prontas. Algunos participantes iban vestidos con medias de red, tacos altos, escotes pronunciados, porque la premisa era “cada cual va con tanta o tan poca vestimenta como desee. Se trata de vestir como se quiera sin miedo, culpa ni vergüenza”.
Los invitados eran todos los que piensan que esta cultura actual culpa más a la víctima de un abuso sexual o de género que a quienes lo perpetran. La idea surgió en Canadá cuando un policía declaró que “las mujeres deben evitar vestirse como putas para no ser violadas”. Comenzó en Toronto y se realizó en varias ciudades del mundo hasta llegar acá. Lo ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate