A pesar de todos los argumentos técnicos y legales que se han manejado en cuanto a que la rebaja de la edad de imputabilidad es un espejismo que no garantizará ni una leve mejoría en los índices de inseguridad ciudadana (y mucho menos en los de rehabilitación de los jóvenes infractores), las razones políticas de la derecha, a caballo de lo que se ha dado en llamar “populismo penal punitivo”, han triunfado. Todo indica que ya se juntaron las firmas y que en las próximas elecciones deberemos decidir si mandamos o no a la cárcel a los menores de 18 que infrinjan la ley.
Otro de los argumentos fuertes para explicar ese “triunfo” es el miedo. El miedo real que deriva de una sociedad cada vez más violenta que se compara con su propio pasado (lógicamente idealizado) y se horroriza. El miedo ...
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