Los clásicos y las formas de representarlos, según se van sucediendo los tiempos, parecen formar parte de la dilemática intrínseca a todas las obras canónicas. Es el viejo asunto de como ser fiel, si en el apego al original, o a través de los lenguajes contemporáneos a disposición. La directora María Varela realiza una puesta de Viaje de un largo día hacia la noche, de Eugene O’Neill, recreando los pormenores de aquella familia estadounidense (de fuertes rasgos autobiográficos) imaginada por el autor.
Por su parte, la compañía Teapot, que emerge como institución de teatro en lengua inglesa con fines educativos, se acerca a un clásico de Shakespeare en lengua original para rescatar los sentidos y los juegos de palabras presentes en Sueño de una noche de verano. Esta vez el clásico se c...
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