Calles y ciudades vacías, virus impredecibles y de alta mutabilidad, cuarentenas, supermercados arrasados, acopio de alimentos y víveres, aislamiento, paranoia y terror a lo desconocido son algunas de las imágenes que remiten a un imaginario compartido por todos y alimentado continuamente por el cine. Las plagas masivas, el apocalipsis y los muertos resucitados que eran difundidos a través de la Biblia calaron hondo, y cineastas de todo el mundo han aportado, en los últimos años, ideas e imágenes inolvidables al respecto.
La realidad
supera la ficción, y la mayoría de las veces lo hace
en términos poco cinematográficos. Nada podría ser menos espectacular que un
virus cuya tasa de mortalidad es de apenas un par de puntos porcentuales, que
una inconmensurable cantidad de personas aisladas en...
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