“Maracaná”
Es muy difícil ser objetivo con una película como ésta. Maracaná nos persigue desde la infancia, para bien y para mal. Esa alucinante sensación de hazaña, de David contra Goliat, cumplida por un puñado de compatriotas nuestros enfrentando una euforia de 200 mil personas, todos los augurios en contra, y un equipo, se dice, mejor preparado y que tenía la obligación de ganar ese campeonato. Es bien sabido que debajo de la camiseta del equipo los brasileños tenían otra que rezaba “campeones del mundo”, que fueron arengados antes del partido: “Ustedes, que dentro de un rato serán los campeones del mundo”, y también, como se enseña en la película, que el prefecto de Rio de Janeiro, Mendes de Morais, los conminó: “Brasileros, cumplí mi palabra construyendo este estadio, cumplan ahora s...
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