La esquina de la agencia parecía lo único vivo a aquella altura de la ciudad a oscuras. ¿O evacuada? Yendo por Carlos Puig, una de las calles principales, en dirección a la plaza no se veía ni una vela detrás de una ventana. En una esquina apareció un ciclista alumbrándose con la linterna del celular, después unos pocos transeúntes que escrutaban detenidamente al que cruzaba, sin saludarlo.
Pero en la plaza Constitución ya había luz y vida tal como las conocemos. Incluso un móvil de la televisión. También un baqueano para Brecha, un doloreño internacional que se puso en camino en cuanto supo del tornado y estaba “en el pueblo” desde la madrugada del sábado.
En la imagen satelital que ofrece Google Maps todavía pueden verse los que fueron los galpones de la Cooperativa Agraria de Dolores (C...
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