“Huertas comunitarias, clubes de trueque, cooperativas de consumo, comedores populares, intentos de autogestión, indican que algo tintinea.” Así iniciaba Brecha una cobertura hecha en setiembre de 2002, cuando el descalabro económico arremetía con fuerza. ¿Que quedó de aquel tintineo de las experiencias de consumo alternativo hijas de la crisis? “Los clubes de trueque no lograron sobrevivir al año siguiente, de las ollas populares quedaron merenderos, sobre todo en algunos barrios pobres y parroquias, pero son prácticas de asociatividad relacionadas con condiciones macroeconómicas negativas, es razonable que no continúen su desarrollo cuando se comienza a mejorar. No ocurrió lo mismo con el resto de las experiencias de economía solidaria, por ejemplo las vinculadas al consumo de alimentos ...
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