Las emociones pueden ser intensas o leves pero la voluntad de comunicar, ajena a toda retórica y carga literaria, provee a su escritura de un convincente tono de sinceridad. Esta capacidad contribuye a adelgazar la barrera entre realidad e invención, entre literatura y vida; la imaginación parece impregnarse de experiencias personales que permiten contar cosas de las que no es fácil hablar: sexo, asco, vergüenza, dolor. Narrados con una mezcla de emociones y distanciamiento irónico, los cuentos de Asuntos triviales son, mayormente, historias de mujeres jóvenes –historias del montón, vividas entre el desorden, la ternura, la falta de horizontes y el desencanto– que sobrellevan distintas formas de soledad o celebran la amistad y la compañía. La capacidad de describir este universo, con indep...
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