A pocos días de los comicios y con todos los pronósticos en contra, el presidente Mauricio Macri busca lograr al menos una derrota digna para mantener el liderazgo de la centroderecha, un trono con varios pretendientes. En el peronismo también hacen cuentas de cara a una interna en disputa. El estado anímico del presidente Mauricio Macri tiene los relieves de una montaña rusa. Pasa de la euforia al llanto en cuestión de minutos. Los cronistas acreditados en la Casa Rosada y los funcionarios más cercanos al jefe de Estado así describen el humor presidencial tras su abultada e inesperada derrota en las primarias de agosto. El editor de Clarín Fernando González pinta el clima de los pasillos de la Casa Rosada como si ahí transcurriera un agudo drama fílmico del neorrealism...
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