A 35 años de recuperada la democracia, los saldos de la lucha contra la impunidad son extremadamente flacos, en especial si tenemos en cuenta que hemos avanzado en el conocimiento de cómo ocurrieron las cosas, pero no de quiénes las cometieron. Sabemos que hay casi 200 desaparecidos, pero sólo se rescataron cinco restos en Uruguay. Hubo una treintena de procesados, la mayoría de los cuales disfrutan de prisión domiciliaria, de un total de cientos de oficiales que participaron de la guerra sucia. Hay más de cien causas penales activas, pero casi todas están paralizadas. Y aquellas que avanzaron y culminaron haciendo justicia, lo hicieron por el esfuerzo titánico de las víctimas, de sus familiares y de organizaciones defensoras de los derechos humanos. Las estructuras institucionales poco ap...
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