Sesenta minutos antes de que la declararan Visitante Ilustre de Montevideo, la actriz española Nuria Espert me concedió veinte en una habitación del Radisson Victoria Plaza Hotel. Comencé tuteándola sin permiso y no me detuve, amparado en su sonrisa.
—Percibo que la declaración de visitante
ilustre te complace mucho.
—Claro,
porque está vinculada al afecto que tengo por esta tierra que alojó a tantos
compatriotas que huían de la Guerra Civil, entre ellos Margarita Xirgu, una
referente para mí, una persona modélica en su trabajo y en su vida.
—¿Es
tu primera vez en Montevideo?
—Sí,
cuando venía a Argentina siempre quería cruzar a esta orilla, pero los
compromisos previos hacían que saliéramos de escape a Europa o España.
—¿Primeras
impresiones del entorno?
—He
dado tres vueltas a la manzana...
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