Desde descorrer vetustos velos que ocultan la incidencia de las poblaciones indígenas, para entender el castellano que usamos, hasta de la obstinación de los velos nuevos que entorpecen la expresión de los estudiantes; de la persistencia estéril de la “tradición de la queja” sobre el estado del idioma hasta de la manera en que los relatos mediáticos nos escamotean la realidad de la escuela, discurre aquí la historiadora de la lengua, titular hoy del Departamento de Medios y Lenguajes de la Facultad de Información y Comunicaciones de la Udelar.
―Desde la escuela aprendimos que los uruguayos seseamos, que usamos el mismo fonema “s” para pronunciar palabras como “cocer” y “coser”. Pero, aunque evidentemente no tenemos registros sonoros de la época en que nació Artigas, en Retrato lingüístico ...
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