A pesar del crecimiento sostenido del número de adhesiones que fue anunciando la Comisión Pro Referéndum durante el proceso de recolección y de que, días antes de finalizar el plazo, algunos legisladores oficialistas vaticinaban que se estaría muy cerca de la cifra necesaria, la primera semana posterior a la impactante presentación en la Corte Electoral dejó claro que la coalición gobernante no previó un plan de contingencia que sintonizara las respuestas de sus socios para el caso de que los números fueran adversos. Y vaya que lo fueron.
La cantidad de voluntades presentadas por la amplia gama de organizaciones sociales que impulsó la campaña no solo es porcentualmente superior a las alcanzadas en las anteriores apelaciones a este instrumento de democracia directa. Con el viento en contra...
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