“Los italianos, a quienes les ha entrado fuerte la chifladura del honor de la bandera, creen hacer una gran cosa diciendo trágicamente: ‘Nos hacemos matar antes de ceder un solo palmo de terreno al enemigo (…)’ y están seguros de que los contemplan más de cuarenta siglos (…). Por lo demás, no se trata de extender al África la civilización latina. La Italia tendría demasiado que hacer en casa para estas empresas filantrópicas. No hemos llegado aún al siglo del desinterés y sin embargo asesinar a esas pobres gentes que al fin y al cabo defienden su suelo, se cree muy digno de encomio, muy civil y sobre todo muy glorioso. Los soldados italianos van al África como a la Guerra Santa, ansiosos de gloria, de medallas, de premios al valor militar y sobre todo de defender el honor de la bandera. To...
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