Mamá era punk (1988) hizo algo que nadie había hecho hasta entonces: darle voz a los adolescentes y a los jóvenes montevideanos. Tres años después de finalizada la dictadura, Uruguay todavía pisaba en puntas de pie una democracia demasiado frágil, a la que nadie se animaba a interpelar. En ese contexto, el documental muestra a una juventud uruguaya descreída de la democracia; harta de vivir en un “país de viejos” y con temor a la policía y sus razias, de las que fueron víctimas recurrentes. “Nosotros en vez de tener seguridad con los policías que andan en la calle, les tenemos miedo, porque salimos un sábado de noche, ves un policía y salís corriendo”, decía una adolescente entrevistada.
Mamá era punk también retrata a los jóvenes vinculados a fanzines como Suicidio Colectivo y Gas, entre ...
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