Venían siendo semanas complicadas para el gobierno. La coalición y sus compañeros de ruta estaban haciendo conocer sus quejas, sobre todo por cuestiones económicas. La crisis golpea cada vez más. Los agentes económicos temen que un estímulo insuficiente hunda los negocios y los políticos oficialistas temen que, si su gobierno deja caer la economía, se ponga en riesgo su futuro electoral.
El gobierno estaba perdiendo el control de la discusión y Lacalle, siempre atento al frente mediático, necesitaba mostrarse en el centro de la escena, fuerte y en control de la situación. Se acercaba el aniversario de la asunción del gobierno y la oportunidad era buena para aprovechar la extraña fuerza de las efemérides, y responder. Lacalle solicitó al Parlamento dar su informe «sobre el estado de la repú...
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