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Mirar nuevamente lo mirado

En la novela “Taxi”, el autor vuelve a Estocolmo y desde allí reconstruye los lazos que lo unieron a varios personajes con los que compartió aquella primera trama. Mirar hacia el pasado para continuar el relato de una historia nómade y circunstancial que gira en torno a experiencias de inestabilidad emocional y reencuentro con los orígenes.

Hace 16 años reseñé en estas páginas la novela Río Escondido, de Sergio Altesor, ganadora del premio Posdata en 2000.1 Sostuve entonces que en esa novela inau­gural, como en los cinco libros de poesía que el autor llevaba publicados, se reafirmaba el referente biográfico que hacía posible el diálogo de acontecimientos reales –prisión política del autor, exilio en Suecia, viajes por distintas ciudades latinoamericanas y europeas, su actividad como artista plástico– con la más pura invención y un celoso trabajo con el lenguaje. Hoy puedo dedicar las mismas palabras a la novela Taxi, también protagonizada por Pedro Fontana, laxo álter ego del autor, que si ya no viaja por la selva nicaragüense de Río Escondido, ni busca insertarse en una pequeña comunidad en medio de las conmociones propias d...

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