El documental se publicita con el lema «Un sueño desproporcionado»; esas palabras refieren, entre otras cosas, a la figura del constructor Pancho Garay y su participación en la compañía teatral Pequeño Teatro de Morondanga, especialmente en el período en que el grupo impulsó una obra titánica: reconstruir con sus propias manos el Teatro Odeón, prácticamente convertido en una tapera desde su incendio en 1996. La troupe, liderada por el actor y dramaturgo Roberto Suárez, participa desde hace décadas en proyectos demenciales, como la restauración de la abandonada quinta de Santos para la obra El bosque de Sasha, y la de la sala teatral La Gringa para Bienvenido a casa.
Pancho Garay es una figura encantadora, un hombre sencillo y accesible que hace trabajos de albañilería y al mismo tiempo...
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