Si hace un tiempo nos hubieran dicho “Uruguay algún día ganará un partido en la altura”, nos habríamos imaginado otro trámite. Pelotas en el palo, vuelos de Muslera de un lado a otro, y acaso un gol de casualidad, a la salida de un córner o tras un fallo del arquero.
Sin embargo, y pese a que no habían pasado ni cuatro minutos de juego cuando los bolivianos ya habían sacado tres remates desde afuera del área de esos que si van al arco entran, la celeste sufrió menos de lo habitual.
Lo que sí resultó claro es que en la altura la pelota se mueve más rápido que en el llano. Encima la cancha estaba linda y rápida (Rosario Martínez nunca la elegiría para recibir a Nacional), por lo que la amenaza para el arco de Muslera era constante.
Pero Fernando respondió cada vez que fue convocado a la acci...
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