Después de padecer durante años un pésimo ambiente laboral, los ex empleados se muestran esperanzados en que la empresa se venda en bloque a un nuevo patrón, dado que el interventor nombrado por la justicia, el estudio Rueda, Abadi y Pereira, les adelantó que existe interés de inversores nacionales y extranjeros del rubro pesquero. Los empresarios atribuyeron la quiebra a la pérdida de mercados y a los costos laborales –no a una mala gestión interna–, pero la actividad, les han dicho a los trabajadores, es rentable.
Desde el gobierno también confían en que los permisos de pesca que adquirió Fripur serán, a la hora de cortar el bacalao, el principal anzuelo para atraer interesados en reiniciar la producción en la mayor planta pesquera de Uruguay. De todas formas, si la venta en bloque fraca...
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