No tanto mate. Uno solo y de loza. Potaje de milagrosas propiedades medicinales. No tenía visto el verde de esa yerba. Jugo de maracuyá tomaba otra.
—Me cae mal... Y es tan rico. De noche lo repito. Es raro. De día no.Y siempre está la que teje croché, astuta. Son ocho acompañantes esta noche en la sala de espera del cti. Mitad y mitad: cuatro de Amec, cuatro de Secom. Siempre hablando de las supervisoras. Familiares de pacientes somos dos, del mismo. No todas las noches son iguales. Las hay de ingresos.En una de ésas bajaron del Olimpo tales diosas –eran tres– que cabía envidiar el lugar de aquel por quien venían. Otras veces hay dos o tres varoncitos veinteañeros, camperas aviadoras, cascos maltrechos, que permanecen sentados sin hablarse, mirando la pared. Se sabe que lloraron, y que ...
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