El Partido Nacional apunta ahora a un objetivo primordial: sumar fuerzas para desterrar al Frente Amplio de la Torre Ejecutiva. Por ese motivo, le entusiasma el retorno de Sanguinetti. El riesgo (que los nacionalistas no visualizan o no admiten públicamente) es tener que compartir el liderazgo de la coalición de gobierno con una figura de esta trascendencia.
Como sucede con algunos hermanos mayores, Julio
María Sanguinetti es para los nacionalistas un impulso, un ejemplo. Pero
también es la presencia permanente de quien ya se ha lucido con el título
principal (dos veces) y a quien, por unanimidad, se suele referir como un
“político de fuste”. Es también como el progenitor que a todos cae simpático,
menos a su hijo, que se siente opacado.
Cuando en diciembre del año pasado el semanario Búsq...
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