Una periodista ganó el Nobel de literatura. Nacida 67 años atrás en lo que hoy es Ucrania, pero crecida como bielorrusa, Svetlana Alexijevich ha construido su obra en esa tierra de nadie donde el farragoso oficio del periodismo se encontraba, en secreto y sin libreta de matrimonio, con la literatura. Esta decisión de la Academia sueca, en la línea que había inaugurado el premio Cervantes 2013 otorgado a la mexicana Elena Poniatowska, parece legalizar ese romance clandestino.
La híbrida caja de herramientas de Alexijevich le permite tomar los testimonios y los datos del peor accidente nuclear en suelo europeo y obtener como resultado su único libro disponible en español, Voces de Chernóbil. Con la intuición de los grandes reporteros, entendió que ahí había dos catástrofes corriendo en simul...
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