La industria del sexo financia a las universidades británicas, y ello debido en buena parte a las políticas del gobierno conservador. Eso es lo que afirma, negro sobre blanco, una investigación de la Universidad de Kingston según la cual entre 126 y 426 millones de euros que reciben cada año los distintos establecimientos superiores de la isla provienen de “actividades ligadas al sexo”, desde “bailes del caño”, orgías, concursos de camisetas mojadas o peleas en el barro entre mujeres, strip-tease, hasta servicios de compañía, pasando por sexo telefónico o cibersexo y pases en apartamentos o en hoteles. Según el director de la investigación, el catedrático de psicología Ron Roberts, más de 6 por ciento de los universitarios británicos –en su gran mayoría mujeres– “recurren al sexo como for...
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