El Efecto Mozart, una teoría que tiene más de medio siglo, sostiene que escuchar la música de este genial compositor potencia la inteligencia de los niños.
Así como hay padres que buscan en el baby fútbol de sus hijos una salida económica a futuro, popularizada esta creencia, algunos apuestan por el nuevo Bill Gates, durmiendo a los pequeños con una “Pequeña serenata nocturna” o dándoles el purecito con la “Marcha turca”.
Lamentablemente esta teoría ha sido desmentida, no hay ninguna evidencia para sostener que la música de Mozart mejora las capacidades en los niños. Hasta es probable que todo haya sido parte de una campaña para vender cajitas de música o dormideras musicales, aprovechando una obra de dominio público para no complicarse con el tema de los derechos de autor.
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