Sueños en la sombra - Semanario Brecha
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Sueños en la sombra

“Nada del amor me produce envidia” El vestido de gala que luce el maniquí, además de informar al espectador que el único personaje de la obra es una modista o costurera en el período peronista en la vecina orilla, le sirve a ésta como contrapunto para los comentarios y las confesiones que desgrana a propósito de su oficio, y por ende de su vida. Los vaivenes de una tarea que la lleva a lidiar con las imposiciones y los gustos de una clientela que, cada poco tiempo, incluye pedidos de vestidos de novia que disimulen embarazos, afloran ante el público a medida que la protagonista cuenta cómo ha hecho para dejar de lado sus propios reclamos y tolerar a quien sea que se acerca al taller. Las películas de una sufriente Libertad Lamarque que cantaba “Besos brujos” –se informa cuál era la receta...

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