Madres perfectas,1 de Anne Fontaine, echa una entrometida ojeada a dos amigas íntimas (una viuda, la otra separada), ambas madres de hijos únicos adolescentes, cuya proximidad en lejanas poblaciones playeras australianas lleva a cada una a entablar una inesperada relación amorosa correspondida con el hijo de la otra. Un asunto –en realidad un par de asuntos– que al prolongarse en el tiempo trae consigo reacciones y repercusiones que los implicados no habían imaginado. Con la sutileza del caso y a partir de una historia de Doris Lessing, Fontaine se las arregla para acercar al espectador a un controvertido cuarteto al que no le resultarán ajenas las referencias al incesto y el lesbianismo, más allá de los tonos naturalistas –y hasta de comedia– que aquí y allá tiñen el bien filmado desarrol...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate