—Buenas tardes, le hablo del servicio de acompañantes Mis Amigos porque estamos con un plan de promoción. ¿Usted tiene contratado un servicio de acompañante?
—Mi estimada, en este momento yo estaba por llamar a mi novia y su interrupción tiene, digamos, un efecto modestamente vandálico. No sólo no tengo contratado un servicio de acompañante sino que pienso morirme solo, porque la muerte, como comprenderá, es un asunto privado.
—¿Y no pensó que puede resultar molesto para sus seres queridos?
—Espero que lo sea, la verdad, si es que me han querido.
—Disculpe, no me refería a la muerte sino a la enfermedad.
—Bueno, si le lavé el culo a mis hijos, no veo por qué no van a alcanzarme la chata.
—Y le parece justo…
—Más que justo, le diría: piadoso.
—El mundo ya no es piadoso, caballero.
—Me doy ...
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