Tras la magnífica victoria ante Portugal surgieron dos sensaciones dominantes entre los uruguayos: En primer lugar, la convicción de que la selección ya había hecho un gran Mundial, liderando su grupo, ganando los cuatro partidos, goleando al locatario y eliminando a la selección de Cristiano Ronaldo. En segundo lugar, la idea de que obtener el campeonato no es tan alocado como podría haberse pensado inicialmente, especialmente por el altísimo nivel de paridad existente entre las diferentes selecciones. Dicho de otra forma, no es fácil encontrar la manera de eliminar la ilusión del hincha, que cada vez es más intensa. Es cierto que la ilusión vive mucho del afecto, pero en este caso, por más racionales que nos pongamos, es difícil convencerse de que no se puede.
Las dos sensaciones son com...
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