«Este nos muestra una pocilga y se va en terrible goma.» Excepto por algún improperio, la frase es exactamente la que pronunció un amigo luego de ver una casa en la zona de Reducto con una puerta que se caía del marco y un baño completamente inutilizado, cuyo alquiler costaba unos cuantos miles más de lo que el sentido común dictaría. Cualquiera que haya buscado arrendar en Montevideo pasó por una situación parecida; más siendo una persona joven, con un salario de persona joven. Este inmueble en particular perfectamente podría haber pasado por una propiedad abandonada, una de las 589 –9,81 por ciento del total– que hay en el barrio, según el censo de 2011. Y eso que Reducto es apenas el quinto barrio con mayor índice de viviendas abandonadas. El título se lo lleva la Ciudad Vieja, con 1.26...
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