Existe un centro montevideano de motivación artística para niños1 que eliminó la muestra de fin de año obligatoria. Lo coordina el documentalista y educador artístico Álvaro Adib, floridense que acostumbra ceder su alma a pequeños demonios.
—Junto a otros docentes de arte abriste La Casa del Árbol en 2013, ¿cambió la propuesta desde entonces?
—Más que cambios hubo reorientación de estrategias de sustentabilidad. La idea originaria era solventar, con los talleres pagos que ofrecemos, emprendimientos y contenidos culturales propios, pero la cifra de interesados que captamos el primer año obligó a posponer esas ambiciones. Salimos, entonces, a ofrecer dinámicas de educación artística al sistema educativo en general y a Primaria en particular, manteniendo la esencia de nuestro planteo, que es ...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate