Arrabal amargo - Semanario Brecha
Edición 1576 Suscriptores

Arrabal amargo

“¿Va a ir a votar?, preguntó la periodista a todos aquellos que cruzó en su camino en Martissant, un suburbio empobrecidísimo de la empobrecidísima Haití. “¿Para qué?”, le respondieron invariablemente sus interlocutores.

Lo primero fue el asco. Mi asco. Caminar sobre placas tectónicas de desperdicios, porquería, basura apisonada, dar un paso y otro sobre bolsas, trapos, mierda, botellas, pañales, temer resbalar en ese barro amasado con aguas servidas que huelen a vómitos, semen, fetos en descomposición, pescado podrido.
Yo sé que debería encontrar una palabra para describir este olor, esta pestilencia a cosas muertas, a ríos de orines calentados al sol y mezclados con la sal y la humedad del mar que está allí, a dos pasos, pero fracaso: hedor, tufo o hediondez no describen nada de este mundo. Camino y trago saliva.
Al mediodía y en el mercado, cuando bajé de mi burbuja rodante y acondicionada, ese olor fue un puño que me reventó la boca.
Estamos en Haití, en el sur de Puerto Príncipe.
Este lugar se llama M...

Artículo para suscriptores

Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social

Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.

Suscribite ahora

¿Ya sos suscriptor? Logueate

Artículos relacionados

Edición 2089 Suscriptores
La precarización laboral de los trabajadores de los medios de comunicación

Un fierro caliente

Edición 2089 Suscriptores
Uso de testaferros e incumplimiento de plazos legales en la venta de la radio del MPP

Vuelta de tuerca

Edición 2089 Suscriptores
Con la doctora en Ciencias Sociales Luciana Zorzoli

Es necesario «un derecho colectivo sobre los datos»

Edición 2089 Suscriptores
Habrá «financiamiento sano» para los sueldos atrasados en los refugios

En cuotas con interés

Edición 2089 Suscriptores
Trabajadoras sexuales reclaman derechos y autonomía

No sin nosotras