Corrían tiempos de la dictadura de Gabriel Terra, y Europa, convulsionada por el avance del nazismo en Alemania y del fascismo en Italia, tenía a la guerra como cercana probabilidad. Las persecuciones a los artistas e intelectuales por parte de aquellos regímenes autoritarios estaban en el orden del día, y por lo tanto América recibía muchas visitas importantes que llegaban buscando un lugar más seguro donde continuar su trabajo.
El ballet del teatro Colón de Buenos Aires pudo contar durante bastante tiempo con la presencia de Mijaíl Fokine, el legendario coreógrafo ruso integrante de la primera etapa de los Ballets de Sergéi Diáguilev, que transformó la danza europea. Con un repertorio que incluía Petrouchka, Pájaro de fuego y otros títulos, el Colón visitaba frecuentemente nuestra ciudad...
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