Todos hemos oído decir que sin Mao no habría nueva China. Las conmemoraciones del 120 natalicio de Mao Zedong lo han recordado nuevamente. No obstante, reconociendo que se trata de una “gran figura”, un “gran revolucionario, estratega y teórico proletario”, artífice del “nuevo destino” de una China “rejuvenecida”, el pcch en esta conmemoración lo ha bajado del pedestal. No es nada nuevo. Tampoco supone una condena, ni mucho menos. Pero, incluso comprendiendo las circunstancias históricas que le tocaron y que sin duda influyeron en sus graves errores, y sin dejar de reconocer sus éxitos, ya no es considerado un “dios” sino un “ser humano”, como trata de resaltar una serie de tevé emitida estos días en horario de máxima audiencia. Mao no es un “jarrón chino” que los dirigentes actuale...
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