Los servicios según Ian McEwan
Un libro de Ian McEwan trae la promesa de un estilo, una mirada original sobre el mundo, una sensibilidad no convencional. Invita a ser leído dentro de un “universo de autor” donde hay pequeñas piezas para piano (Amor perdurable, Chesil Beach) y grandes sinfonías (Expiación). También esta Operación Dulce puede leerse en ese registro personal de inmanencia. La deliberada arquitectura de la historia complace al lector –es el placer de “la forma que cierra” que nos enseñó el género policial–, la lectura se vuelve compulsiva aunque no emociona. En paralelo, no falta el placer distinto de lo autobiográfico y lo metaliterario a través de un personaje escritor cuyas señas coinciden con las de McEwan. Sin embargo el interés mayor es previo y de algún modo extraliter...
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