Con Héctor Numa Moraes
Si como difusor de música latinoamericana merecería un libro,1 el que le hace justicia al cantor llegó de la mano de su actual profesor de guitarra.2 Y ahí nos tiene, este paisano de Curtina devenido ciudadano ilustre de Montevideo, preguntándonos a santo de qué toma clases de un instrumento que ya estudió en un real conservatorio holandés durante ocho de los 12 años que duró su exilio, para luego pasearlo por el mundo y aquerenciarlo en el taller de confección de canciones que lidera, desde 2008, con un alto compinche.
—Los 37 discos que grabaste tienen mucha poesía universal, pero sólo dos textos tuyos. ¿Por qué?—No es soplar y hacer botellas. Hay gente que, aunque no sea intelectual, tiene la maravillosa capacidad de hacer poemas; puede darse en alguie...
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