Durante más de un siglo el reformatorio Arthur G Dozier, en Marianna, Florida, acogió en sus instalaciones a niños y adolescentes infractores. Se trata de un lugar enorme, una propiedad que se extiende por 1.400 hectáreas de exuberante tierra virgen. Decenas de miles de niños fueron recluidos allí, desde su inauguración en 1900 hasta su clausura por supuestos recortes presupuestales en el año 2011. Pero la hermosa “escuela” en sus últimos momentos supo ser objeto de investigación por torturas, malos tratos, violaciones e incluso asesinatos por parte de algunos de los miembros del personal. Y de hecho, muchos de los menores recluidos a lo largo del tiempo fueron a parar allí sin haber pasado nunca por un juzgado.
En el terreno hay un cementerio, una pequeña parcela repleta de cruces...
Artículo para suscriptores
Hacé posible el periodismo en el que confiás.
Suscribiéndote a Brecha estás apoyando a un medio cooperativo, independiente y con compromiso social
Para continuar leyendo este artículo tenés que ser suscriptor de Brecha.
¿Ya sos suscriptor? Logueate