Dice el psicoanalista Jorge Alemán que la figura de Javier Milei confirma aquello de que la locura «nunca fue incompatible con el ejercicio del poder», pero que de nada sirve quedarse en esa constatación porque a ese ser alucinado que habla con sus perros y que en cada aparición pública parece que se estuviera comunicando con el más allá lo votaron decenas de millones de argentinos. Y que mejor harían quienes quieren cambiar el estado actual de las cosas si se pusieran a pensar en serio en qué fue lo que pasó para que alguien así haya llegado a la presidencia. «Cuando emerge una figura como esta con ese apoyo de la población hay que poner todo en cuestión, revisar las coordenadas con las que nos movíamos: libros, políticos, conducciones», dijo Alemán (Página 12, 13-XII-23). «El espectacula...
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