En diciembre de 2012 Nkemetse Motsoko fue apaleado y enterrado vivo. La policía de Botsuana lo tomó por la garganta, lo tiró a un pozo y lo cubrió con arena. Cuando lo sacaron fue retenido e interrogado durante tres días junto a su compañero Kebonyeng Kepese, quien también recibió una paliza. Ambos son pobres, pero la justicia les impuso una multa de 190 dólares a cada uno so pena de ser encarcelados por ocho meses. Su crimen fue hacer lo que hizo su tribu durante 20 mil años: cazar antílopes para subsistir. Motsoko y Kepese son dos de los 60 mil bosquimanos que viven acorralados por el gobierno de Botsuana, que mediante diversos mecanismos de presión (que incluyen el acoso policial y el sellado de pozos de agua) busca expulsarlos de su hogar ancestral, la Reserva de Caza del Kalahari Cen...
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