“No voy a discutir de principios, y menos con Palma”, dijo Juan Pedro Damiani en diálogo con Federico Buysan a través de Sport 890. Es que, obligado a ser local en el Estadio Centenario, el presidente de Liverpool, José Luis Palma, buscó la forma de jugar prácticamente sin público carbonero, en una decisión que genera violencia para unos y que merece el aplauso para otros. Nosotros, que ni nos espantamos tan fácilmente ni aplaudimos por aplaudir, intentaremos –seguramente sin éxito– ir un poco más allá.
Para comenzar, resulta inevitable destacar el extraordinario manejo de los tiempos del presidente liverpoolense. Palma le da al periodismo deportivo vernáculo lo que éste necesita: noticias para cubrir esas interminables horas que separan la noche del domingo de la mañana del sá...
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