Sabido es que a los uruguayos y las uruguayas lo que más parece importarles en el mundo es el fútbol y la política. Lo cual, a poco de ingresar en una nueva temporada futbolística y de meternos de lleno en la carrera electoral, nos invita a una superficial recorrida por las semejanzas entre ambos mundos, de cara a que seamos capaces de alcanzar la felicidad en al menos uno de los dos.
Que las elecciones nacionales se celebren cada cinco años y los mundiales cada cuatro es una suerte, pues es muy raro que coincidan. De hecho es la primera vez que ocurre desde la reforma constitucional de 1966 que llevó a cinco años los períodos presidenciales, en lugar de los cuatro de antaño.1 Me permito arriesgar que el cambio mucho que ver tuvo con lo difícil que supone juntar Copa del Mundo...
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