“Bienvenido al más peronista de los balnearios argentinos”, me dijo un amigo porteño cuando llegué a Mar del Plata. Y pude corroborar que hay mucho de cierto en la afirmación. Al parecer, Mar del Plata fue despojado, durante el primer gobierno de Perón, de su característica de balneario para gente adinerada, y comenzó a convertirse en una ciudad popular, un destino para el “turismo obrero”. En marzo de 1954 el “General” mismo se jactaba de haber transformado la ciudad: “El 90 por ciento de los que veranean en esta ciudad de maravilla son obreros y empleados de toda la patria”. La cifra del 90 por ciento era desmedida, pero esta tendencia se afirmó y en 1973 había en Mar del Plata 62 hoteles sindicales. Hoy aún es visible que no se trata de un destino turístico para las elites, sobre todo p...
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