No hay nada más que se le pueda pedir a una exposición de Carlos Federico Sáez (1878-1901).1 Y así como la muestra de Barradas marcó un punto alto de la temporada pasada del Mnav, ésta nos brinda el panorama más completo –202 obras– ofrecido hasta el momento del artista. Más que la exposición del Club Católico del Uruguay de 1908, más que la sala que se le acondicionó en 1918 en el local del antiguo Museo Nacional de Bellas Artes, más aun que la retrospectiva organizada por la Comisión Nacional de Bellas Artes en diciembre de 1951. Ya era hora de volver sobre sus pasos, y lo que se ofrece hoy a la vista del público no defraudará, más bien nos impactará con su insolente belleza: la genialidad precoz de un hombre que en apenas siete años –el núcleo duro de su creación– desarrolló una producc...
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